En el Día Mundial del Agua le rendimos homenaje a todos los que captan agua de lluvia, una práctica de origen ancestral en la humanidad.
Con la aparición de los sistemas centralizados de abastecimiento de agua, cambiaron la maneras en las que las poblaciones accedieron a este recurso. La recolección de agua de lluvia cayó en desuso y se llega a estigmatizar cuando se plantea como una alternativa.
En algunos casos, la cosecha de lluvia se percibe como sinónimo de pobreza, lo que debemos hacer cuando «no queda otra opción». Pero nosotros creemos lo contrario: tratamos el agua de lluvia como recurso vital y estamos empeñados en promover sus beneficios como suministro alternativo y sustentable.
Vale destacar que el acceso al agua en Venezuela no es óptimo desde hace varios años. La gran parte de los hogares e instituciones no cuentan con este servicio de manera regular. Eso se debe a que solo 55% de la estructura hidráulica del país funciona.
El 45% restante del sistema es errático o inestable debido a fallas mecánicas y de gestión, problemas en fuentes primarias de obtención de aguas (embalses, ríos, pozo profundos), y por la crisis de energía eléctrica.
Por ello, nuestro propósito es ofrecer soluciones de abastecimiento para lograr comunidades más independientes y resilientes a partir de la captación, tratamiento y almacenamiento del agua de lluvia por lo menos seis meses al año en Venezuela.
Porque queremos más y mejor agua para todos.